Uno de los elementos más relevantes para cualquier tipo de empresa es la importancia de una buena estrategia comercial así como de su definición.
Muchas veces se cree que por ser una empresa pequeña o por tener un único producto o servicio la definición de esta estrategia no es importante.
Nada más lejos de la realidad, una buena estrategia comercial será la base de la captación de nuevos clientes y por lo tanto del aumento de posibilidades de venta.
Otro de los aspectos que hemos comprobado es que la estrategia comercial se diluye con el paso del tiempo. No se adapta a las necesidades del mercado o que simplemente en muy pocos casos nunca se ha definido seriamente. Esta carencia es mucho más latente en empresas donde la dirección de la empresa no tiene un perfil comercial. Con lo que no se siente cómodo realizando ni definiendo acciones comerciales con clientes.
En contrapartida estas empresas gozan de conocimientos técnicos o financieros muy notables fruto de su formación empresarial.
Para este tipo de directivos con perfiles no comerciales, les animamos a iniciar una pequeña acción comercial con clientes, de forma periódica y asumible dentro de su actividad habitual. Por ejemplo, dedicarle una tarde a la semana para visitar a clientes ya conocidos, acompañar al comercial de la zona… Y si te atreves, a visitar a antiguos clientes que hace tiempo que te dejaron de comprar.
El objetivo de esta acción comercial es conocer las necesidades de tus clientes, lo que te proporcionará información del sector, competencia y posibles tendencias… Información necesaria para la continuidad de cualquier empresa.
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